Estas navidades pasadas, los Reyes me trajeron una caja preciosa de acuarelas. Le tenía ganas, porque nunca había tenido (salvo aquellas de cuando era pequeño, en cajita de plástico, con un pincel de "chichinabo" y 10 o 12 colores). Había hecho alguna cosa con acuarelas líquidas hace 12 o 13 años; también había usado lápices acuarelables no hace mucho. Y ahora tengo "MIS ACUARELAS", Windsor & Newton, en su caja de madera, con 14 colores y dos pinceles, líquido de enmascarar y dos platillos para mezclar: es más bonita... Y hasta hace dos días no me había atrevido a usarlas.
De esto, saco dos lecturas: PRIMERA- Tengo que seguir practicando. SEGUNDA- Debo tener más paciencia, (y seguir practicando). El resultado... bueno, mejor lo veis con vuestros ojos.