Muy buenas... En junio estuvimos mi señora y yo en en pueblo (Argamasilla de Alba, para los que no lo sepan) y nos llevamos a Neko, nuestra gata. Resultó que allí se le reactivó el celo. La dejamos salir un par de tardes al jardín, sin saber que le había vuelto ese estado en el que se sube por las paredes y pone el culo en pompa a la espera de que un alma caritativa sofoque sus calenturas. Y el amor se abrió paso: un gato blanco y lustroso la hizo "mujer", con tal puntería que la dejó en estado de gravidez. O en otras palabras, la preñó. Así. Con dos cojones... (y un rabo, claro está). Ahora está gorda, aunque se le pasará a mitad de agosto. Y bueno, me ha inspirado esto de ser "abuelo"... así que ahí tenéis este dibujillo.
Un saludo o siete...