Hoy aprovecho y pongo las tres páginas que faltan de la segunda parte de El rigor de las desdichas. Decir como curiosidad, que la habitación de Beltrán es mi habitación tal y como era hace diez años. Cuántos buenos ratos he pasado allí con mis amigos y -ejem- amigas. Y también como curiosidad, está basado en un caso real, aunque...
... la guitarra no se llegó a romper. Espero comentarios, como siempre.
Un saludo o siete.
domingo, 3 de diciembre de 2006
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2 comentarios:
Muy bueno Bruno, espero que sigas poniendo el resto y que nos deleites con nuevas historias de esta serie.
Severo
Esa habitación me suena XD
Se parece mucho a la de algun boniato que conozco XD
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